Vuelcan desechos en la ribera Sur del Riachuelo

Diario POPULAR | SUREÑO | 21 de mayo de 2018 - 

Tambores con productos pestilentes y otros con barros, fueron arrojados por empresas de Lanús y Avellaneda. Fue la tercera vez en poco más de un mes que hubo un ataque ambiental a la costa sureña.

En poco más de un mes la Patrulla Ambiental de la Autoridad de la Cuenca Matanza Riachuelo -ACUMAR-, logró detectar empresas contaminantes que habían arrojado desechos en la zona costera del Riachuelo -Camino de Sirga-, donde 3 eran de Lanús y una de Avellaneda.

El informe del organismo, dio cuenta que durante el fin de semana aparecieron sobre el costado Sur del Riachuelo, a la altura de Lanús, tambores azules de 200 litros arrojados sobre la vía pública “con etiquetas de Paperline TH2, una firma y el destino que llevaban”.

El contenido se asemejaba a pegamento, adhesivo o similar, con un fuerte olor pestilente. La Patrulla Ambiental de ACUMAR pudo dar con “los potenciales responsables en Valentín Alsina. Las empresas asumieron la responsabilidad, levantaron el residuo y repararon el daño ambiental efectuado en el lugar, al tiempo que transportaron los barriles a su establecimiento para darles el correcto destino, no obstante, sobre ambas recayeron severas sanciones”, informaron desde la Autoridad de la Cuenca.

Ya la semana anterior, en una recorrida -inspecciones de rutina- por Avellaneda, un equipo de la ACUMAR intimó a una empresa que se dedica al mecanizado de turbinas hidroeléctricas a construir una Cámara de Toma de Muestra y a disponer sus residuos especiales de manera correcta.

Sin embargo, a mediados de abril hubo otro antecedente contaminante, cuando una patrulla detectó 11 recipientes de entre 200 y 20 litros, con un material semisólido, presuntamente contaminante arrojado en las márgenes del Riachuelo, en Lanús.

Luego de un rápido reconocimiento del material volcado, entre lo que se encontraba barros con restos celulósicos, tintas y barnices, se determinó la procedencia de los mismos. Así fue como los inspectores se dirigieron a Chile al 2000, Valentín Alsina, donde funciona una empresa dedicada a envases de papel y cartón, ya registrada como Agente Contaminante.