Salvar al Riachuelo: las lecciones que dejó el saneamiento del Rin y de otros ríos contaminados

LA NACION | SOCIEDAD | LA ARGENTINA POSIBLE | Javier Drovetto

Por lo menos 800 industrias y cerca de un millón de personas volcando desechos en el río. Agua contaminada con plomo, mercurio y cadmio. Agua despojada del oxígeno como consecuencia de la multiplicación de bacterias que produce la basura orgánica. Agua con metales pesados y sin vida. El imaginario colectivo podría decir que se trata de una descripción del Riachuelo . Pero no lo es: así estaba en 1983 el cauce de la ría de Bilbao, la desembocadura de los ríos Nervión e Ibaizábal, en el País Vasco, España. Desde hace diez años, sin embargo, la cuenca del Bilbao está sana.

Ese paralelismo entre el Riachuelo y la ría de Bilbao antes de su saneamiento no es exagerado: sobre el río que atraviesa 14 municipios bonaerenses y la ciudad de Buenos Aires viven 4,3 millones de personas, y dos millones todavía no tienen cloacas. En el entorno de la cuenca, que nace en Cañuelas como el río Matanza y se convierte en Riachuelo a partir de Puente La Noria, 880 industrias están identificadas como contaminantes.

Pero a la cuenca de Bilbao, que tiene 72 kilómetros y atraviesa 30 municipios, ya volvieron los peces y, todos los años, cerca de 1000 personas nadan en sus aguas como parte de una de las pruebas del triatlón de la ciudad.

La planta depuradora Galindo en la cuenca de la ría de Bilbao, que hoy trata el 80% de las aguas residuales que luego van al río La planta depuradora Galindo en la cuenca de la ría de Bilbao, que hoy trata el 80% de las aguas residuales que luego van al río Crédito: Gentileza Daniel Fernández Pérez
Ríos contaminados como el Riachuelo hay y hubo muchos en el mundo. Los que lograron revertir esa situación son varios y algunos tienen características similares a la de nuestra cuenca metropolitana. Para sanear el Rin, en Europa, seis países demostraron una coordinación admirable y se ganaron el apoyo necesario de la sociedad. En Bilbao limpiaron el río gracias a una obra de infraestructura que llevó 25 años, pero consiguió que ningún desecho cloacal familiar o industrial sea volcado al agua sin pasar por un tratamiento. Y en Corea del Sur, la purificación de un río de Seúl, entubado por los altos niveles de contaminación, le permitió a un barrio refundarse como polo comercial y turístico.

El sueño de ver sano el Riachuelo tiene su principal sostén en un antecedente que lleva una década, cuando la Corte Suprema ordenó, en 2008, recomponer el daño ambiental y remediar la cuenca y su entorno. Ese mandato marcó un recorrido que culminaría con un río que se convertiría en un atributo para quienes viven a lo largo de su cauce.

Sin embargo, en julio se cumplen diez años del fallo y poco cambió. La esperanza es saber que la Corte exige periódicamente que cumplan su orden y que hay un ente, la Autoridad de Cuenca Matanza Riachuelo (Acumar), conformado por los gobiernos de la Nación, provincia y Ciudad, que trabaja en ese mandato. Pero los reclamos de la Corte tienen poco éxito y el plan de Acumar no avanza con los resultados esperados. La audiencia convocada por el máximo tribunal en marzo graficó lo que pasa. El juez Ricardo Lorenzetti preguntó cuatro veces cuánto iban a tardar en cumplir la sentencia. Acumar no pudo dar un plazo.

Las principales razones por las que el Riachuelo está contaminado son tres: la descarga de efluentes industriales, el vuelco de desechos cloacales vecinales y el arrojamiento de basura al río o en sus bordes. Estas condiciones hacen que el aire, el agua y el suelo sean un peligro para quienes viven en áreas de la cuenca consideradas por Acumar como de riesgo. "Son 1.600.000 personas y tienen un elevado riesgo de contraer enfermedades respiratorias, neumonitis, bronquitis crónica, asma, alergia nasal, enfermedades en la piel e intestinales", enumera Andrés Nápoli, director de la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN), una de las cinco ONG que conforman el cuerpo colegiado encargado de monitorear el cumplimiento del fallo.

Acumar reconoce que en la cuenca hay 1385 industrias "identificadas como agentes contaminantes", pero destaca que 505 establecimientos fueron reconvertidos y no causan daño. Sobre la red de cloacas, 2.018.356 personas viven en la cuenca y no tienen red, lo que supone que sus desperdicios terminan en el río. Mientras que los basurales que hay hoy en las márgenes del río son 301, casi 150 menos que cuando se inició el plan.

Sobre las condiciones en las que viven los vecinos más cercanos al río, el plan prevé construir 17.771 viviendas para realojar familias. De ese número, 3892 están terminadas y 4124, en obra. Además, Acumar registra 2474 personas dentro de una estrategia sanitaria de emergencia, donde incluye casos derivados por sospecha de enfermedades vinculadas al ambiente en la cuenca. De ellos, 354 tienen un seguimiento toxicológico y 162 son menores de seis años.

El salmón como símbolo
Una de las principales críticas de los ambientalistas que siguen el plan para el Riachuelo es la falta de coordinación política para gestionar un plan. En cambio, seis países europeos ( Holanda, Alemania, Francia, Suiza, Austria y Liechtenstein) reunieron esfuerzos para sanear el Rin, un río de 1233 kilómetros que nace en los Alpes suizos y desemboca en el Mar del Norte, en Holanda. En 1986, y con su cauce ya contaminado, se incendió una planta química suiza y diez toneladas de pesticidas se derramaron en el río: murió toda la vida acuática que habitaba 400 kilómetros río abajo.

Ese episodio marcó un quiebre. En lo inmediato acordaron reducir entre un 50% y un 70% la descarga de sustancias tóxicas a partir de la construcción de plantas de tratamiento para hogares e industrias. Instauraron además un símbolo que les permitió ilustrar la recuperación: que el salmón vuelva a habitar el Rin. En 1999 reafirmaron el acuerdo y ampliaron la participación de las ONG: de diez pasaron a ser 19 las que monitorean el plan.

Cuando el año pasado pasó por Buenos Aires para exponer su experiencia Gustaaf Borchardt, presidente de la Comisión Internacional para la Protección del Rin (CIPR) entre 2014 y 2016, detalló que la inversión en plantas de tratamiento alcanzó los 80.000 millones de euros desde 1980, pero remarcó que el plan fue un éxito "por el marco institucional de los gobiernos para coordinar el trabajo", y destacó "la confianza construida a través del tiempo, basada en los intereses comunes y reforzada con símbolos reconocibles, como la vuelta del salmón".

Sobre la importancia de la coordinación, Nápoli, de FARN, advierte lo mucho que hay para aprender de la experiencia del Rin: "Antes de la asunción del gobierno actual, las autoridades a cargo del saneamiento del Riachuelo manifestaban que el problema principal radicaba en que la Nación y la Ciudad, que eran de diferente color político, no se podían poner de acuerdo. Hoy esa situación cambió, dado que la Nación, la Ciudad y la provincia responden a un mismo espacio, pero la gestión continúa empantanada".

Reducción de vertidos
Daniel Fernández Pérez, director de los Servicios Técnicos del Consorcio de Aguas Bilbao entre 1996 y 2017, asegura desde España que la ría era en 1960 "la cloaca de la industria y la sociedad", y explica que en 1979 se elaboró un plan de saneamiento para que el agua tenga un 60% de oxígeno.

La columna vertebral fue conectar todas las aguas residuales, de vecinos e industrias, a plantas de tratamiento. Lo lograron en 25 años: entre 1983 y 2007. En ese lapso consiguieron montar tres plantas y hacer 256 kilómetros de colectores y 72 kilómetros de una red superior. Así lograron que mientras en 1990 solo el 18% de la población y las industrias estaba conectada a la red, llegaran en 2008 al 100%. "La contaminación desapareció y hay 50 especies de peces", concluye Fernández Pérez, y detalla que la inversión de 1000 millones de euros fue financiada en un 40% por la población mediante la tarifa del servicio de tratamiento y un 60% por los estados nacional y regional.

Otro punto vital en el saneamiento fue la reducción inmediata de los vertidos industriales. En 1983 se inventariaron 800 industrias que arrojaban 59,7 millones de m3 de desperdicios al río. En 2015, los vertidos se redujeron a ocho millones de m3, pero todos pasan antes por plantas de tratamiento. Para reducir sus vertidos, las empresas debieron invertir 115 millones de euros en adecuaciones de sus plantas.

En este aspecto, Raúl Estrada Oyuela, presidente de la Academia Argentina de Ciencias del Ambiente, afirmó que hay mucho para copiar, ya que "las resoluciones de Acumar para regular los afluentes líquidos, literalmente copiaron las normas que desde décadas existían en la provincia", por lo que "se permite la descarga de metales pesados, químicos tóxicos, residuos peligrosos y contaminantes orgánicos".

Motor económico
La experiencia con el saneamiento del río Cheonggyecheon, en Seúl, Corea del Sur, tiene menos posibilidades de orientar soluciones a la recuperación del Riachuelo, pero ofrece un ejemplo de cómo un cambio de uso del río promueve una transformación social y económica. El río tiene 13,7 kilómetros. Totalmente contaminado por efluentes de fábricas y residuos cloacales, entre 1960 y 1970, las autoridades surcoreanas decidieron entubar el río y construir una autopista sobre su curso.

El río estuvo oculto hasta 2003. Ese año, Seúl decidió que era tiempo de reconvertir el área. Las industrias estaban en quiebra, gran parte del comercio había salido de las márgenes del río, el desempleo en la zona era alto y, por problemas de seguridad, la autopista solo era usada por autos livianos. Jaemin Song, director general de Desarrollo Urbano Internacional del gobierno de Seúl, señala en un resumen técnico que preparó para ONU-Hábitat, un programa de Naciones Unidas sobre el futuro urbano, que era necesario "un cambio de paradigma para volver a desarrollar el centro urbano y revitalizar el área".

Con una inversión de 305 millones de dólares, entre 2003 y 2007 demolieron la autopista y descubrieron el río. Para sanear el agua, se renovó el sistema de alcantarillas y se instaló uno de bombeo para llevar agua limpia desde el río Han. Con esos avances ambientales, afirman que la temperatura en esa zona bajó 3,6°C.

El área se orientó al turismo, el espectáculo y la gastronomía. El lugar es hoy un destino promocionado en las guías turísticas, con puentes que van de un lado a otro del río, senderos, cascadas de aguas y piedras para cruzar el cauce. "Los departamentos aumentaron un 40% su valor", asegura Song en el informe. Antes de ejecutar el plan, el gobierno realizó audiencias públicas y llevó adelante 4000 entrevistas con comerciantes.

Para Alfredo Alberti, presidente de la Asociación de Vecinos La Boca, que Acumar contemplase una recuperación del Riachuelo a lo largo de los casi cuatro kilómetros de río que bordean La Boca sería un sueño: "Pese a cómo está el agua, hay turistas que comen frente al río. Sabemos que si se sanea, en La Boca podremos tener lanchas turísticas y habría un resurgimiento como polo gastronómico y turístico. De hecho, nuestro lema como asociación es un Riachuelo limpio, fuente de vida y trabajo".

El control de los desechos industriales, la gran estrategia de Bilbao
La contaminación del Riachuelo creció a la par del desarrollo industrial a lo largo de la cuenca. Acumar tiene identificados como "agentes contaminantes" a 880 industrias. Se suman los desechos de dos millones de personas. Algo similar ocurrió en Bilbao, España, donde la ría funcionó desde 1920 como motor de la industrialización. En 1960 su cauce recibía los desperdicios de 800 fábricas y de un millón de personas. Pero en 1983 empezó la construcción de una red de tratamiento de desechos. Y en 2008, el 100% de las industrias y domicilios particulares quedó conectado a esa red. La planta de Galindo (foto) trata el 80% de las aguas residuales.

Por: Javier Drovetto