La nueva normalidad llegó para quedarse: cómo será la vida después del coronavirus

07/07/2020 | Clarín
Por Karina Niebla
Área Metropolitana
La movilidad, el teletrabajo y los hábitos de vivienda empezaron a cambiar en más de cien días de cuarentena. Ganadores, perdedores y transformaciones que alimentan el debate de la Ciudad post pandemia.

Las postales de cuarentena se parecen tanto a las de ciencia ficción, que el futuro post-pandemia imaginado suele aparecer oscuro, dramático. Quienes más saben de transporte, ambiente y trabajo en Buenos Aires van más allá del presente extraño y dan pistas para entender la Ciudad que nos dejará el coronavirus​.

¿Qué ocurre con la movilidad, cuando en los últimos años se estimuló el uso del transporte público, pero hoy el auto emerge como el medio motorizado más seguro para evitar contagios? ¿Puede volver a andarse el camino del reciclaje, desandado en parte por las restricciones a la recolección de residuos secos por la cuarentena y en parte por el retorno a los materiales de un solo uso para garantizar asepsia?

Y, en relación al empleo, ¿qué pasa con los metros cuadrados de oficinas en el Microcentro cuando el teletrabajo se multiplicó? ¿Cómo sigue el coworking y su concepto arquitectónico abierto si ahora mandan la distancia y el escudo protector?

Los especialistas dan la primera advertencia: hay que dejar de hablar de Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Si la pandemia dejó una enseñanza de este lado del mapa es que las políticas deben ser interjurisdiccionales y que el Área Metropolitana de Buenos Aires, el hoy en boca de todos AMBA, es un continuo.

El rea Metropolitana de Buenos Aires es un continuo

El Área Metropolitana de Buenos Aires es un continuo.

Eso se nota cuando se la atraviesa en tren, en auto o en alguna de las 105 líneas de colectivo que unen Gran Buenos Aires y CABA. Pero, sobre todo, se avista en esa imagen satelital nocturna que muestra el AMBA como una telaraña iluminada. Un flujo ininterrumpido -salvo en cuarentena- a nivel móvil, laboral y hasta ambiental: la basura porteña se entierra en el Conurbano.

Dónde vivir

Una telaraña que, hasta el aislamiento, de día se recorría de afuera hacia el centro: tres millones de trabajadores entraban de GBA a Capital. Hoy comienza a observarse un movimiento en sentido opuesto, pero a nivel inmobiliario. “Con el encierro, el deseo de espacios abiertos está empujando a algunos sectores porteños a mudarse a las afueras y a que vuelva un poco ese modelo de ciudad dispersa que se venía intentando revertir hace años”, observa la socióloga Florencia Rodríguez Tourón, Máster en Transporte y Planificación Urbana.

Los números le dan la razón: subió un 56% la búsqueda de casas en el GBA entre marzo y mayo en la plataforma Web de Reporte Inmobiliario. La demanda de propiedades con espacios al aire libre en el AMBA también aumentó, según datos de Inmuebles en MercadoLibre. Incluso creció la cantidad de operaciones en barrios cerrados suburbanos, con más metros, parque y pileta.

La bsqueda inmobiliaria hoy se enfoca en casas con jardn o departamentos con espacios abiertos La distancia ya no es un problema

La búsqueda inmobiliaria hoy se enfoca en casas con jardín o departamentos con espacios abiertos. La distancia ya no es un problema.

Es un fenómeno probable, aunque no sea el ideal. “Las ciudades densas son mejores porque hacen mejor uso de los recursos y se sostienen sobre el transporte público, que es más eficiente y sustentable -analiza Rodríguez Tourón-. Pero desde el imaginario social, el confinamiento aumentó el deseo de hacer crecer el espacio personal, a favor de la ciudad dispersa”.

Facundo Villar, geógrafo y director de contenidos de la Fundación Metropolitana, mira con atención el fenómeno. “En un momento se había desacelerado el movimiento hacia los countries, a medida que se hacían más inseguros y las autopistas se recargaban. Ahora volvió a acelerarse: muchos se preguntan '¿Por qué voy a pagar tanto por pocos metros si puedo vivir en un espacio más grande y quizás hasta sigo trabajando desde casa y no tengo que viajar?”.

Trabajar

Para que se dé ese movimiento hacia afuera, es clave otra condición: el teletrabajo. O, mejor dicho, el trabajo presencial virtualizado, como corrige Julián D'Angelo, coordinador ejecutivo del Centro Nacional de Responsabilidad Social Empresarial de la UBA e investigador con un posgrado en Gestión Sociourbana.

“Si realmente fuera teletrabajo, habría una inversión por parte de la empresa para garantizar la seguridad, los servicios, la infraestructura y la ergonomía de los trabajadores. Ahora todo está muy desordenado porque los jefes no tuvieron tiempo de organizarse y la gente teme perder el trabajo si exige lo que corresponde”, explica D'Angelo. Mientras tanto, avanza en el Congreso el proyecto de ley para regular esta modalidad laboral y garantizar, entre otras cosas, el derecho a la desconexión.

El teletrabajo otro de los cambios que trajo el coronavirus y podra ser parte de la nueva normalidad

El teletrabajo, otro de los cambios que trajo el coronavirus y podría ser parte de la "nueva normalidad".

Pese a las desventajas del teletrabajo, hoy se hace difícil pensar en volver a cargar la cartera o el bolso y enfilar a un medio de transporte atestado, o lidiar al volante con el tránsito. Es un gasto físico y emocional diario, y la pregunta inmediata es “¿Para qué?”.

“Trabajadores y empleadores vieron que la dinámica del trabajo en casa funciona. No todo puede resolverse virtualmente, pero sí puede darse un esquema mixto, en el cual el transporte se va a redefinir”, resalta Villar. Tourón Rodríguez coincide: “La pandemia revivió una discusión dormida y que hay que revitalizar: la de trabajar sobre la demanda del transporte para que no haya tanta presión sobre el sistema y en un mismo horario. Nunca se dio un experimento de esta magnitud para probar ideas que siempre circularon”. Para la socióloga, puede avanzarse en esa dirección a través de la masificación del teletrabajo, la reducción de la jornada laboral y un estudio sobre cómo escalonar horarios de entrada y salida de trabajadores.

Menos viajes en transporte pblico Una de las hiptesis puede ser la de escalonar los viajes para evitar aglomeraciones Foto Maxi Failla

¿Menos viajes en transporte público? Una de las hipótesis puede ser la de escalonar los viajes para evitar aglomeraciones. Foto: Maxi Failla

Pero el potencial del teletrabajo tiene un tope: sólo entre un 27 y un 29% de los trabajos en el país tienen el potencial para hacerse desde el hogar, según el análisis “Evaluando las oportunidades y los límites del teletrabajo en Argentina en tiempos del COVID-19”, publicado por Ramiro Albrieu, investigador del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC).

Con todo, muchos empresarios ganan tiempo y ya planifican seguir achicando oficinas, una tendencia que venía viéndose en determinadas áreas profesionales y ahora se expandió a otros rubros. De acuerdo a un relevamiento de la consultora estadounidense Newmark Knight Frank, el 48% de las empresas argentinas prevé reducir sus oficinas tras la pandemia.

¿Qué se hace con los metros cuadrados que sobran? Viviendas. Esa es la opción que ganó en varios países de Europa. Y que aquí también podría triunfar, si avanza la tendencia de mixtura de usos por sobre la obsoleta separación entre barrios de producción por un lado y barrios de reproducción y descanso, por el otro. Para Villar, incluso “ni siquiera haría falta hacer cambios en el Código de Planeamiento Urbano para reconvertir esa zona”. Y da el ejemplo de Manhattan, “donde conviven lo residencial y lo profesional”.

Lo que pocos pueden imaginarse por ahora es que Tribunales quede vacío: allí sigue primando la burocracia, incluso en pandemia. Una excepción es la Justicia porteña, que mudó al mundo digital no sólo a la mayoría de sus trabajadores sino también buena parte de sus tareas: entrevistas a víctimas y testigos, audiencias, notificaciones, denuncias, mediaciones. Incluso sentencias. En abril, mayo y junio se dictaron de forma virtual 388 intimaciones, 31 fallos de prisión preventiva, 14 medidas de probation y 39 condenas, según datos del Ministerio Público Fiscal de la Ciudad.

Hasta las empresas que ofrecen espacios de coworking, donde se comparten ambientes por definición, ya desarrollaron protocolos para volver al ruedo tras la cuarentena. En La Maquinita Co., con oficinas en cuatro barrios porteños y Zona Norte del GBA, profundizaron su estrategia de cercanía, una palabra que ganó protagonismo en cuarentena.

“Desde el principio generamos una red de espacios de cercanía, para trabajar cerca de la casa o la zona de esparcimiento y no perder tiempo en largos viajes -remarca Juan Manuel Ferraz, gerente comercial de La Maquinita Co.-. En este contexto de pandemia, muchas empresas nos están contratando incluso como segundas oficinas, para que sus grupos de trabajo puedan evitar cruzar toda la ciudad”. Para eso, ya tienen lista una plataforma de gestión que permite controlar el nivel de ocupación de las sedes por metro cuadrado y hacer trazabilidad de contactos si es necesario.

WeWork Las empresas de coworking planean adaptar sus oficinas para poder cumplir con el distanciamiento social

WeWork. Las empresas de coworking planean adaptar sus oficinas para poder cumplir con el distanciamiento social.

En WeWork, ya anunciaron cómo adaptarán sus oficinas de coworking de Microcentro, Retiro, Olivos y Florida. Además de los protocolos de limpieza, cambiarán la distribución de las áreas para poder cumplir con las normas de distanciamiento social. Entre otras medidas, reducirán la cantidad de asientos y colocarán adhesivos para marcar las distancias recomendadas en los llamados community bars, que sirven como recepción y son espacios de alto tránsito.

En este contexto, los espacios de coworking podrían erigirse como grandes ganadores a futuro, aunque su presente no sea el mejor. A muchas empresas puede convenirles seguir apostando al teletrabajo, dejar de alquilar una oficina permanente y organizar reuniones ocasionales en una sala de coworking, que cuenta con conexión, muebles y ambientes adaptados a sus necesidades.

Consumir

El que ya fue declarado ganador indiscutido en este escenario es el comercio electrónico, que en abril facturó un 85% más que un mes promedio del primer trimestre del año. También crecieron un 38% las órdenes de compra y un 71%, las unidades vendidas. Las cifras son de un estudio de la consultora Kantar para la Cámara Argentina de Comercio Electrónico (CACE).

Mientras tanto, más comerciantes y gastronómicos bajan persianas cada semana. Sólo el que potenció sus canales virtuales o el dueño de un negocio esencial de cercanía pudieron haber ganado en cuarentena, aunque eso no les compre el futuro. “Muchas empresas grandes, ante el desabastecimiento de la primera etapa del aislamiento, abrieron sus plataformas de venta directa online y en muchos casos se saltean intermediarios. Eso afecta a los pequeños comercios y puede llegar a cambiar el mapa comercial de la Ciudad, como ocurrió en los Estados Unidos con Amazon”, opina D'Angelo.

En abril el comercio electrnico factur un 85 ms que un mes promedio del primer trimestre del ao

En abril, el comercio electrónico facturó un 85% más que un mes promedio del primer trimestre del año.

Pero también puede triunfar el movimiento contrario: si tras la cuarentena se mantiene en muchos casos el trabajo desde casa, aunque sea de forma parcial, el consumo en las cercanías seguirá ganando terreno. El teletrabajo no es lo único que favorece esta reducción de movimiento: también lo hace la virtualización de consultas médicas, clases y trámites, y el gran salto en logística dado en parte justamente por el auge del comercio electrónico, que permite comprar sin salir del hogar y recibir el producto cada vez más rápido.

Moverse

Lo esperable sería que esto descomprimiera el transporte público y también el uso del vehículo particular, hoy exacerbado por mandato sanitario: entre los medios de transporte motorizados en territorio porteño, el uso del auto es el que menos se redujo en cuarentena. Aunque en la primera semana de aislamiento obligatorio cayó un 78%, a fines de junio la baja era de apenas el 49% con respecto a la antigua “normalidad”, según datos de la Secretaría de Transporte y Obras Públicas de la Ciudad. Y en los primeros dos días de Fase 1, disminuyó sólo un 58%.

Son bajas mucho menos significativas que las del subte, cuyo uso se desplomó un 98% en la primera semana de cuarentena en comparación con la anterior. Esa caída se mantuvo por encima del 95% en los días previos a la vuelta a Fase 1 y durante los primeros dos días de este mes. Del mismo modo, el tren sufrió disminuciones similares, de entre el 90 y el 96%. El traslado en colectivo, en tanto, bajó un 90% los primeros días de aislamiento social y, en la nueva Fase 1, un 84%.

“En este escenario, hay un montón de oportunidades para revitalizar la micromovilidad: moverse a pie, en monopatín o bici -resalta Rodríguez Tourón-. Pero también hay mucho incentivo a que haya más autos particulares por asepsia: si volvemos a ellos, será una ciudad menos sustentable. Son dos tendencias en tensión, una tensión que todavía no está resuelta”.

Reutilizar

En lo que sí hay mayor consenso es en el hábito de reciclar, incluso en cuarentena. “Hay una demanda fuerte de la sociedad en lo ambiental. Hoy las personas están más receptivas a entender su importancia en lo cercano y concreto”, observa Pablo Mesa, coordinador del Centro de Estudios Metropolitanos. Los vecinos están predispuestos más que nunca a separar su basura en origen, a punto tal que terminan exponiendo la ineficiencia del sistema de recolección de secos en cuarentena, hoy a media máquina y con Puntos Verdes colapsados.

Serán varios los desafíos en ese terreno. Por un lado, recuperar el camino tras meses de prohibición de actividad para los recuperadores urbanos en suelo porteño, excepto unos pocos que pueden trabajar con grandes generadores, como supermercados o farmacias. Por el otro, hacer frente a una demanda que en el futuro se prevé mayor, por el aumento del empleo de materiales de un solo uso en la creencia de que, en este contexto, dan mayor seguridad.

“Hacen falta políticas para reformalizar sectores informales del reciclado, incentivar el uso de reciclables y regular el precio de venta de esos materiales, que bajó en los últimos años, para estimular a los recuperadores y pagar bien su esfuerzo”, señala Mesa. Es que, “hasta hace relativamente poco tiempo, a un productor le costaba lo mismo comprar el material local recuperado que importarlo”.

Reciclaje de basura una actividad que se vio restringida en la cuarentena Cmo ser luego de los cambios inevitables por el coronavirus Foto Germn Garca Adrasti

Reciclaje de basura, una actividad que se vio restringida en la cuarentena. Cómo será luego de los cambios inevitables por el coronavirus. Foto: Germán García Adrasti

Este inesperado auge de lo descartable en mantelería, servilletas y envases es una mala noticia no sólo para los ambientalistas: también para los dueños y trabajadores de lavaderos que proveen servicios a hoteles y restaurantes. Lo que se asegura por un lado, afecta estilo dominó por el otro.

Como se ve, la Ciudad post-pandemia demandará nuevos consensos entre actores de jurisdicciones, actividades, sectores y jerarquías diferentes. De esos consensos y de cómo se articulen dependerá el nuevo mapa metropolitano, un constante devenir que con la pandemia se aceleró a un ritmo inédito.

SC/NS